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Publicado el 10 de agosto de 2025
En pleno verano, con las terrazas llenas y las cocinas trabajando a todo ritmo, hay un enemigo silencioso que acecha entre cámaras frigoríficas, zonas de almacenamiento y falsos techos: la cucaracha germánica (Blattella germanica). Este insecto, pequeño y de color marrón claro con dos líneas oscuras en el pronoto, es uno de los más problemáticos en hostelería, especialmente en los meses cálidos.
Su tamaño reducido y su increíble capacidad para esconderse en grietas, juntas y maquinaria de cocina hacen que muchas veces pase desapercibida hasta que la infestación ya está avanzada. Y el calor veraniego, junto con la humedad de zonas como lavavajillas o fregaderos, crea el ambiente perfecto para que se reproduzca a gran velocidad: una hembra puede producir hasta 8 ootecas, cada una con 30–40 huevos, lo que significa cientos de nuevas cucarachas en pocas semanas.
En bares, restaurantes y hoteles, la presencia de cucarachas germánicas no es solo un problema de higiene: supone un riesgo sanitario real. Estos insectos pueden contaminar alimentos, utensilios y superficies con bacterias como Salmonella o E. coli, y transmitir patógenos que provocan intoxicaciones alimentarias. Además, una sola foto publicada por un cliente en redes sociales puede dañar gravemente la reputación del negocio.
La prevención en hostelería pasa por un control exhaustivo de las condiciones higiénicas y estructurales. Sellar grietas, reparar fugas de agua, mantener las zonas de preparación limpias y sin restos de comida, y revisar cámaras frigoríficas y maquinaria son medidas básicas. También es fundamental formar al personal para que identifique señales de alerta: presencia de exuvias (pieles mudadas), excrementos con aspecto de café molido o un característico olor dulzón.
Cuando la plaga ya está establecida, es imprescindible actuar rápido. En MULTIPLAGAS aplicamos tratamientos combinados que incluyen criogenización con CO₂, calor localizado y biocidas autorizados según la normativa vigente (RD 830/2010), minimizando la necesidad de desalojar y garantizando la seguridad alimentaria. También realizamos reparaciones menores para eliminar puntos críticos que favorecen la nidificación.
Un caso reciente lo vivimos en un restaurante del centro de Madrid, donde las cucarachas se habían instalado dentro de un lavavajillas industrial. Tras una intervención nocturna con tratamiento de choque y medidas correctoras, el local pudo seguir funcionando sin interrupciones y con la tranquilidad de haber eliminado el problema de raíz.
En verano, la cucaracha germánica no da tregua. Si tienes un negocio de hostelería en Madrid, no esperes a que un cliente descubra la plaga por ti. Protege tu reputación y cumple con las normativas sanitarias.